¿Sabías que existen distintos tipos de inventarios? Sí, hay varias formas de llevar el control de los activos de la compañía, y cada una responde a un propósito u objetivo concreto. Hoy, en Amphora, vamos a ver qué es un inventario y sus tipos, donde haremos una clasificación de los inventarios según el tipo de empresa y las necesidades de cada negocio.
Qué es un inventario
En términos estrictamente ceñidos al mundo de la empresa, un inventario es el registro de los bienes que pertenecen a una entidad con personalidad jurídica, en el que además se incorpora el valor económico que estos tienen.
El inventario comprende todos los activos de la organización, independientemente de su uso. Su distinción suele responder a finalidades diferentes, ya que tales activos también están ahí por motivos bien distintos. Por ejemplo, no son lo mismo las mercaderías (existencias disponibles para la venta) que el material inmovilizado (activos de los que hace uso la empresa, como sus ordenadores, mesas, sillas…).
A continuación vamos a ver distintas clases y tipos de inventarios, concretamente los tipos de inventarios de producción. Esta clasificación responderá a los distintos propósitos u objetivos de los activos de la empresa, a la naturaleza de las propias existencias, al momento del tiempo o la frecuencia con la que se realicen.
Tipos de inventarios y para qué sirven
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Según el momento del tiempo
Los inventarios se clasifican basándose en el momento en el que se realiza. De esta forma, tenemos:
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Inventario inicial (acción previa al cierre de un ejercicio contable).
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Inventario final (acción posterior al cierre de un ejercicio contable).
El motivo de contabilizar así el inventario es detectar la variación de la cuantía de los activos durante un periodo de tiempo.
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Según la periodicidad
Los inventarios se clasifican en función de la cantidad de veces que son elaborados. Así, tenemos:
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Inventario intermitente, que se realiza varias veces al año por distintas causas (mensual, trimestral, semestral o anualmente).
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Inventario perpetuo, que se realiza en tiempo real (constantemente).
Esta manera de llevar la cuenta del inventario persigue controlar con más precisión sus variaciones.
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Según la forma
Los inventarios se distinguen según el tipo de activo al que hacen referencia. Por consiguiente, estos inventarios constarán de:
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Inventario de materias primas. Recoge las materias primas de las que la empresa dispone y todavía no han sido insertadas en sus procesos de producción de entregables.
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Inventario de productos en proceso de fabricación. Comprende todas las existencias que se encuentran en alguna etapa del proceso de producción, sin que éste haya finalizado todavía.
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Inventario de productos terminados. Abarca todas las existencias de las que la empresa dispone para poner a la venta, es decir, cuyo proceso de producción ya ha finalizado y se determina su aptitud para la comercialización.
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Inventario de suministro de fábrica. Lleva la cuenta de todos los materiales que la empresa precisa para poner en marcha sus procesos de producción, pero que no pueden ser contabilizados per se.
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Inventario de mercancías. Comprende todas las existencias que una empresa ha comprado y que destinará posteriormente a la venta, sin haberlos manipulado, modificado ni sometido a tratamiento alguno.
El motivo de clasificar los inventarios según su tipo es diferenciar los activos por su naturaleza, ya que se está distinguiendo en qué parte del proceso de la producción se engloban.
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Según la función
Los inventarios se clasifican según su propósito específico. Por consiguiente, tenemos:
- Inventario en tránsito. Lleva la cuenta de las existencias que están compradas a los proveedores pero que todavía no se han incorporado a los activos de la organización.
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Inventario de ciclo. Es el resultado de una producción excesiva motivada por haber comprado una cantidad de materias primas mayor que la que dictaría la demanda en condiciones normales, de cara a optimizar los costes del aprovisionamiento.
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Inventario de seguridad. Comprende los activos de reserva que la empresa tiene para poder continuar con su actividad en casos de emergencia (picos inesperados de demanda o posibles fallos en el proceso de producción).
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Inventario de previsión. Abarca las existencias que son producidas a una razón superior a la de los niveles actuales, con el propósito de dar cobertura a una situación futura de pico de demanda.
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Inventario de desacoplamiento. Recoge los materiales que requieren varios procesos cuyas tasas de producción no pueden sincronizarse, de modo que se garantice el suministro para todos.
La idea de llevar la cuenta así es para distinguir para qué servirá cada elemento de sus existencias en función de su estrategia comercial.
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Según la logística
Finalmente, esta clasificación atiende a la propia estrategia del suministro:
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Inventario de existencias para especulación. Son las existencias adquiridas para incrementar la producción con vistas a posibles aumentos de la demanda.
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Inventario de existencias obsoletas. Son todos los productos mermados (extraviados o defectuosos) que no pueden ser vendidos a los clientes.
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Inventario en ductos. Comprende las existencias que están de camino al almacén o pedidas a los proveedores.
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Inventario de seguridad. Abarca las existencias mínimas que la empresa prevé que pueda necesitar en épocas de picos de demanda.
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Inventario cíclico. Son las existencias destinadas a cubrir la demanda mientras dura el proceso de reaprovisionamiento.
De una manera análoga al punto anterior, la empresa puede distinguir cuál es el propósito de sus existencias en función de su estrategia de aprovisionamiento.
¿Conocías todos estos tipos de inventarios? Como ves, a cada empresa le puede interesar llevar la cuenta de sus existencias de uno u otro modo, o combinando criterios según la naturaleza de su negocio. Lo que sí te garantizamos es que el servicio logístico que ofrecemos en Amphora te permitirá elegir el tipo de inventario que mejor se adapte a la situación de tu negocio en cada momento.